Tuesday, December 1, 2009

Los Perros

Los Perros

Así, desde la loma,
sintiendo vendavales,
mire hacia allá,
a lo lejos,
y no se lo que vi.

Primero oí un aullido,
después, un gran estruendo,
y luego, un mar de ayes...
No se lo que sentí.

Serpiente muy grandiosa
surcaba entre los senos
de aquella tierra madre.

El sol,
aunque radiante
no daba sus reflejos...
Solo una gran tiniebla.

Así, una masa,
amorfa en sentimientos
se notaba en reflejos.

Un hacha se blandía;
un mallete sonaba;
un bisturí cortante...
un escritorio triste
sentía el maquinilleo.

Las cañas se acostaban;
el café no se olía;
el tabaco llameaba;
las frutas se exprimían.

Un pie grande y calloso
sangraba manantiales...
La mano entumecida;
la cabeza vibrante.

Así, desde la loma
sintiendo vendavales,
mire hacia allá...
A lo lejos...

Un perro,
con los belfos colgantes,
los ojos legañosos,
las costillas mirables.
Las lanas de la vida
su abrigo habían quitado.
Así, todo sarnoso,
batiase sudoroso
contra otros…
Sus dientes asomantes
surcaban por el aire;
sonaban los chasquidos...
ladridos infernales.

Fui viendo, poco a poco,
como los otros perros
que se iban acercando
entraban al combate.

Salió un ojo de aquel.
En un zarzal del mundo
quedo colgante.
Pedazos de los belfos
entre las rocas,
se vieron asomantes...
Sus carnes, sus vísceras,
sus cuerpos, sus almas...
moría en sus desmanes.

Poco importo la fuerza
de alguno de los canes...
también ellos murieron,
pues eran muy mortales.

Tan solo un perro,
de apariencia esquelética,
todo muy maltratado,
lanzo un largo,
y muy triste ladrido
como que había triunfado.

Y yo, desde la loma,
sintiendo vendavales,
ya no escuchaba gritos...
los ayes...habían terminado.

Solo la gran serpiente
surcaba por los senos
de aquella tierra madre
riendo a carcajadas,
pues solo, un triste perro,
sarnoso y machucado,
sobrevivió el combate...
que no había terminado.

Luar Yo

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